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El Croque  nº 13

(septiembre 2005)

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EN EL QUE SUSPENSOENPROYECTOS EDITIONS PROCLAMÓ:

¡¡TRES AÑOS DE CROQUE!!


"buena está la torrecilla,
seis mil ducados costó.
si juan fernández lo hurtó,
¿qué culpa tiene la villa?"

UNA EDITORIAL TERMINAL

Opinión

SOBRE LA PASIÓN

SUPERVIVENCIA

ANTONIO MALVIDE

Érase una vez un lugar donde sólo podían entrar los niños y los perros

Terror en la ETSAM

REDECORA TUS PROYECTOS

SOY FRUTO DE MENTES DESQUICIADAS

VERGÜENZA

EL ESPÍRITU CROQUE ESTÁ EN TODAS PARTES

Pazo Words

I CONCURSO DE RELATOS CORTOS DEL CROQUE:

EL DÍA QUE SECUESTRARON A JUAN NAVARRO BALDEWEG (Capítulo I)

Pierdetiempos

LA POLÉMICAAA #9: BIOCLIMATISIS

PARTE DE GUERRA #14

ENCICLOPEDIA CROQUEUSSE

CADA OVEJA CON SU PAREJA

EL CROQUEGRAMA #4

 

UNA EDITORIAL TERMINAL

    ¿Qué tal, homosexual? Pues hombre, no me va mal. Pero, a pesar de todo, sigo siendo de la Etsam (la mejor escuela del mundo). Aquí la Cúpula y un grano os habla para induciros al suicidio proyectual colectivo. ¡Suspenso para todos! El cometa Corbu se estrellará en 7 semanas y media y va dirigido a tu proyecto. (Así que vete lejos, donde no puedas hacer maquetas, que nos dejas mal a todos.)

    Como todos sabréis, los grupúsculos religiosos de la Escuela están planeando encerrarse en la capilla para evitar una muerte dolorosa fuera de la fe. Así podrán morir cogiditos de la mano y calvos y con guitarras, cantando “alabaré, alabaré, alabearé, alabatér, alá ¿veré?”... En fin, morir todos juntos y unidos. Y si no se cabe en la capilla habilitaremos el patio del pabellón nuevo mientras Sor Dependiente de Sancer nos obsequia con unos pinchitos de cartón pluma (extraídos de esos recortes malos que ahora ofertan) para no fenecer con el estómago vacío.

    Los no creyentes tomaremos el patio de verdad y la cafetería y nos emborracharemos. Luego bajaremos a la sala de calderas (80ºC) y pactaremos con el diablo ayudados por las máquinas diabólicas del Laboratorio de Materiales que harán de antena.

    Según nos ha filtrado Sor i Asís de Oñate (del Oñate catalán), gracias a los datos que aportó la Sonda Espacial Morcilla Explorer, el cometa Corbu es asín:

- Forma prismática simple que se ve con prismáticos.

- Diagonal mayor comparable a la del parlamento de Chandigahr.

- Densidad propia del hormigón seco Cono de Abraham Lincoln 1798.

- Gafas pequeñas a lo John Lennon pero más pasadas de moda.

- Superficie perfectamente lisa y enlucida con un estuquito blanco salvo por un graffiti gigante de un hombre asexuado con la mano levantada (como saludando) y de los colores del Barça.

- Microorganismos vivos y bailongos que gastan su tiempo en hacer maquetas de trabajo para concursos inexistentes.

    Bueno en fin, que la vida es un violín. Unos desafinan y otros no. Por si no os habíais dado cuenta, queremos que os vayáis de la Escuela (a tomar viento o por culo, según gustos) para que podáis salvar vuestra vida. El Espíritu Croque, por su parte, acepta su abnegada misión y seguirá recibiendo artículos publicables hasta que caiga el cometa el jueves 20 de octubre... de 11:40 a 12:10. Justo en la 2ª entrega de Construcción Obra Gruesa. ¿A que jode?

El Croque. Septiembre de 2005.

 

CROQUE’S NEWS

 

    Hola de nuevo, queridos lectores. Bienvenidos un año más al ritmo-velocidad-frenesí de ETSAM (por si no lo sabéis y no lo repetimos lo suficiente, la mejor escuela del mundo). Es una fecha muy especial para el colectivo croquense: festejamos nuestro tercer aniversario rememorando la grandeza de nuestro legado.
    No os olvidéis, lectores, que como todos los años tendrá lugar nuestra fiesta de aniversario en la estación de Pitis, con el tradicional reparto de hamburguesas (ketchup en andén segundo, que para eso está cerrado) y otras sustancias químicamente nocivas…

    Este año estamos llenos de nuevos proyectos e ilusiones…  El croque busca la ventilación cruzada como una buena estrategia bioclimática. En dos palabras: aire fresco. Para ello intentaremos estructurar nuestra caótica publicación en diferentes secciones, que podrán aparecer o no según nos filtren material:

    - Editorial: comunicado de la cúpula corrupta de Suspensoenproyectos Editions, oculta en las alturas de las cumbres que rodean la capital (cerro Garabitas).

    - El espíritu Croque está en todas partes: Archivos secretísimos y corruptos cuyos autores desearían no recuperar jamás… Sin duda un documento excepcional.

    - Opinión: En este espacio embutiremos todos los artículos de opinión (los de Perogrullo también). Será el lugar ideal para el desahogo de cualquier instinto asesino-suicida o simplemente cualquier idea inclasificable que os pase por la cabeza.

    - Terror en la ETSAM: Testimonios verídicos y escalofriantes sobre corruptelas vergonzosas escondidas entre los muros de la mejor escuela del mundo (u otras similares pero siempre peores).

    - La Polémicaaa: Pura dinamita para los top 40 criminales éxitos de la arquitectura del momento. Seguimos esperando vuestras cartas bomba.

    - Pazo words: lugar para los raritos. Aquí veréis cosas que también existen. Pazo vive y cada día es más grande.

    - Pierdetiempos: croquegramas, partes de guerra… y un tomo de la enciclopedia croqueusse todos los domingos por 1,95 euros. Con ellos los proyectos dolerán menos y no te escucharán roncar en Introducción.

El Croque. Septiembre de 2005.

@-© 2005 suspensoenproyectos editons. (Foto)copia y difunde.

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SOBRE LA PASIÓN

    Quiero que os preguntéis SERENAMENTE qué es exactamente lo que os apasiona.

    No os sintáis satisfechos con la débil respuesta “es, es… no sé explicarlo”. Haceros la pregunta antes de que sea demasiado tarde, cavilad… La duda es más saludable que el fingimiento.

    Por favor no imitéis pasión por acercaros y cubrir las exigencias de un estereotipo triunfador. No corráis despavoridos ante el mínimo síntoma de apatía, de desorientación… No os sintáis apasionados las 24h del día tratando de demostrar algo…. El verdadero apasionado sufre también tremendos pozos de negrura y desesperación.

    Sospecho del que sólo goza una cara de la moneda. Sospecho del que no sufre las consecuencias de cada sentimiento, del que no desciende vertiginosamente tras alcanzar una cima.

    Seducidos por la limpieza y el brillo, los falsos apasionados se convierten en imágenes hiperreales, bidimensionales, superficiales… En personalidades propias de simulaciones virtuales en este mundo posmoderno. La emoción por la emoción, perfectos embajadores de esta sociedad. Diplomáticos en todos los sentidos.

    No, eso no es pasión. La pasión es un desbordamiento puntual, de animal salvaje. Los diques se rompen con la desesperación. Pasión no es una sonrisa perenne, tampoco felicidad. No es alegría, conformismo, ni una cuestión de gusto, y mucho menos de talento. Pasión es necesidad imperiosa… Dolor.

    Han fotografiado una de las fases de la pasión y la repiten hasta la saciedad en sus gestos… como un disco rayado. Eso no es verdad. La verdad de ese instante va intrínsecamente ligada al antes y al después. Ese instante es ese instante más lo que lo rodea.

    Su mosaico de pasión reproducida lo utilizo yo para empapelar mi cocina.

    Les pregunto qué es exactamente lo que les apasiona y no dan respuesta. Lanzan enérgicos argumentos inconexos e incoherentes, fotografías también de otros asuntos, sin profundidad. Hablan de pura materialidad porque desconocen el mundo de las sensaciones. Hablan de objetos, construcción de objetos… Materializaciones de nada, vacías… secas como pasas…

    Pero se apasionan enrevesando las mil y una maneras de materializar… son unos expertos en eso, en maneras… Coleccionan, como viejos aburridos y orgullosos, herramientas… sin preguntarse qué es lo que quieren tallar…

    Sus gestos se han convertido en muecas programadas… Se han perdido a ellos mismos. Se han desparramado en una parcela de mundo exterior colándose líquidamente ansiosos por todo agujero que ven.

    A los no apasionados ¡no os desparraméis vosotros también! La adrenalina que se siente al principio del vaciado es una tentación del diablo. Acabaréis siendo marionetas de la imagen que deseáis, os veréis sólo por fuera, os fotografiaréis incluso a vosotros mismos…

    Acabaréis construyendo malamente sobre evidencias sepultadas por mil mentiras. Eso no es pasión.

    La pasión nace en cada desvelamiento. No se construye. Nace en nuestras más profundas y oscuras necesidades.

    La pasión no es cosa buena, tampoco mala. Es simplemente una lupa de aumento difícil de llevar, que te obliga a cambios bruscos, a dilataciones de tu persona que rozan constantemente la rotura.

    Y el silencio del apasionado… el silencio atento y tenso, engendrador del animal!

    Demasiado ruido en los falsos apasionados… demasiado ruido en la escuela.

    Preguntáos en silencio qué es lo que os apasiona… no juguéis a ser creadores… Simplemente desvelad.

 A bruxa piruxa. 2005.

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SUPERVIVENCIA

    Es difícil sobrevivir. En el mundo de la escasez enfoscada de abundancia, la competencia está a la orden del día y cualquier artimaña es buena si con ello se puede pisar al de al lado para quedar por encima de él. Una de esas técnicas de generación de poder es el lenguaje: con él nos comunicamos y de él dependemos; todo el mundo a nuestro alrededor se interpreta por el vocabulario y es diferente según el significado que le demos a las palabras. Por ello, cuando un grupo X de gente quiere hacerse respetar, una de las armas que tiene a su alcance es la de emplear un lenguaje complicado con el que enmascarar conceptos que pueden ser complejos o no. Así logra que la gente de la que quiere obtener respeto y sobre la que quiere hacer valer su pretendida autoridad no les entienda bien y efectivamente les respete; un poco por vergüenza y otro poco por miedo. Hipócritas que estamos hechos.

    Nunca olvidaré el sufrimiento de una compañera mía cuando se esforzaba en explicar su proyecto a un profesor X. Que no era de los malos, por cierto. La pobre chica balbuceaba algo así como “... las piezas... de mi proyecto... se organizan... etc”, doliéndole cada palabra que pronunciaba. Ella sólo intentaba aprobar, pero para ello tenía que pasar por el aro de la jerga y parecer que estaba integrada en la Secta arquitectónica.

    La querida ETSAM. Uno entra de su Bach o su COU con su lenguaje normal y un intuitivo “me gustan las casas”, “me gusta pintar” o “me gusta el dinero” y se encuentra con la fábrica arquitectónica de Wonka donde entran los estudiantes por una puerta y salen los planos empaquetados por otra, con la dirección de las obras apuntada en una esquinita.

    En esta fábrica maravillosa todos los estudiantes se entrenan en ser piezas del engranaje sectario-arquitectónico, pues a primera vista el cuerpo y la mente que vienen de serie contigo no sirven para ello.

    Hay quienes se dejan retorcer sólo un poquito, lo justo para entenderse con los profesores en clase y para poder leer los libros de la biblioteca sin llevar un diccionario atado al cuello con una cadenita. Lo estrictamente necesario para sobrevivir, y con la sospecha permanente de que toda la inflación verbal de la Escuela no es más que eso, una hinchazón llena de pus y de aire y que desaparecerá aplicando un poco de hielo en el coco después de Proyectos.

    Hay quienes, por desgracia, creen en la Secta y se emocionan. Las levas y las mariposas de la maquinaria de deformación arquitectónica se aprovechan de su ignorancia y se ceban a conciencia en ellos, horadando sus cerebros para programar sus lápices a distancia. Justo el caso de mi compañera, la pobre, ilusionada con su proyecto pero enmascarándolo ante el profesor para que éste le diera el visto bueno. Mire, mi proyecto es tal, pero no se preocupe usted que en el fondo es lo que me ha pedido, o lo que me ha parecido entender que me ha pedido. Que yo no pienso, oiga, yo sólo soy el plóter de sus deseos más íntimos.

    Y luego están los futuros reyes del mambo. Son los que no sólo se creen la jerga, sino que saben que los demás no la entienden muy bien y sacan partido de ello. Las ruedas dentadas no les trituran, porque han descubierto el pasillo hacia la sala de control y les ha parecido todo muy bien y muy apropiado y muy rentable. Les gusta la cumbre y lucharán por parecer que están en ella. Esta gentucilla es la que hace que nos rechinen los dientes por las escaleras cuando vemos desfilar maquetas y maquetas hechas con nobles materiales pero con innobles intenciones. Los trepas a los que la arquitectura no les interesa más que como herramienta para obtener éxito y reconocimiento.

    ¿Qué será lo que nos lleva a querer aprobar? ¿O no será más bien a no querer suspender? ¿Qué tenemos que demostrar? ¿No tendrá algo que ver con un instinto de supervivencia?. Supervivencia disfrazada de responsabilidad y de voluntad y de libre elección, por cierto. Cada caso es diferente, pero casi podría asegurar que más de uno está en la Escuela porque no ha tenido el valor suficiente de mandar a sus padres a freír espárragos a tiempo.

    Proyectar con una “única idea” aplicada directamente a la forma y a la organización funcional de un edificio es absurdo, es simplificar las cosas chabacanamente, reduciendo las múltiples dimensiones de la arquitectura a una imagen superficial. Hinchar luego el proyecto con palabrería barata es repugnante. Pero lo peor es que nos obliguen a hacerlo así en clase porque, honestamente, no tenemos tiempo para hacer proyectos decentes y la única manera que existe de entregar algo aparente sin dejarse la vida en ello es hacer un ful, redecorarlo e inflarlo con el mismo lenguaje del profesor. Siento mucho que sea así, pero aquí sobran por lo menos dos asignaturas de proyectos. O falta que los profesores se tomen más en serio a la arquitectura y menos en serio a los fotomontajes.

    Porque si proyectar se nos hace tan cuesta arriba, construir, sin embargo, es fácil. Sólo hay que saber lo que se hace y querer hacerlo. Y se encuentra mayor satisfacción personal mezclando tú el cemento con el agua y con el árido que ordenando lejanamente una dosificación determinada a una serie de personajes a los que la obra construida sólo les sirve para ganar dinero. Y, en última instancia, para sobrevivir.

El maquinista de la Particular. 2005.

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ANTONIO MALVIDE

    Antonio Malvide es albañil. Vive en un pueblo en alguna parte del norte de España. Le gusta su trabajo, pero no le va muy bien. Tiene dos hijos y una hija. Su mujer se llama Mari Luz, pero todos le llaman Lucha. Ella vive para su hogar y trabaja manteniéndolo limpio y ordenado. Lucha desespera al pensar que lleva desde el ochenta y seis viviendo en su casa y aún no está terminada.
    Antonio le dice que no hay prisa. Se enciende un pitillo como queriendo demostrárselo. Pasea frente al muro de cantería que está construyendo desde hace seis o siete años. Cada una de las piedras ha pasado por sus manos; la ha trabajado con cariño, y la recuerda como si fuese un amigo.
    En invierno trabaja poco, e invierte su tiempo en el bar. Llega a comer a casa y Lucha le mira con desgana, reflejando en su mirada las paredes sin pintar, los muros a medias, la rampa llena de baches, y el jardín “a monte” que poseen. Antonio ya lo esperaba, no es una ofensa para él, sino una especie de protocolo no escrito dentro de su matrimonio.
    Los vecinos le animan para que termine su casa. Le ofrecen su ayuda, su maquinaria. -No hay prisa- contesta. -No paso frío- matiza.
    De este modo pasan los años, y la casa de Antonio apenas cambia. Sin embargo cada pieza que le da forma desprende una armonía y una perfección equiparables a la más sublime obra griega.
    En el bar Antonio calla. Le gusta escuchar a la gente, dicen cosas, discuten, y él escucha. Muchas veces se pierde entre sus pensamientos y comienza a cavilar cómo solucionar tal o cuál problema de su muro. Entonces se da cuenta; paga y se va a casa.
    Antonio no sabe nada. Suele comentar que un día, haciendo un muro de hormigón, el encofrado se levantó como si estuviese vivo. También le entusiasman los forjados, a los que él llama placas. Vive en su ignorancia, y cuando trabaja en una obra, suele ser superado por gente bastante más joven que él. No tiene ambición. Es lento, perfeccionista y meticuloso, por eso le falta el trabajo.
    Su casa no se terminará nunca. Si algún día quedase abandonada, sus muros soportarían indiferentes los avatares del tiempo y el clima. Cada piedra mantendrá su posición porque fue concebida para estar ahí, y solamente ahí. Es una obra única. Es perfecta.
    Sin embargo Antonio Malvide no es nadie.

La Paja. 2005.

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Érase una vez un lugar donde sólo podían entrar los niños y los perros

    Era un día cualquiera, de un mes cualquiera, en una escuela cualquiera, o por lo menos eso quería creer yo. Nadie nunca me dijo lo contrario.

    Estaba yo entre las brumas de una clase de proyectos cualquiera, tratando de adivinar qué narices significaban todas aquellas instrucciones en arameo binario que salían de la boca de aquel ser que se hacía llamar profesor. La gente tomaba nota y yo oí algo que captó mi atención.

    “Un lugar donde sólo puedan entrar los niños y los perros”

    Supongo que habrá sitios maravillosos a los que sólo puedan entrar los niños y los perros, sitios salvajes donde aprender la vida jugando… Pero dudo mucho que aquel ser se refiriera a ellos. Dudo mucho que esos lugares se puedan crear y aún dudo más que un simple arquitecto sea el más indicado para hacerlo. Este vómito que aquí presento no es más que una crítica contra todo aquello que nos obligan a crear y manipular hasta el extremo, asfixiando la realidad, enterrando tantas otras cosas que sólo los hombres, las personas que viven, pueden decidir, construir (a menudo sin ladrillos ni cemento) y que nosotros y nuestra maravillosa escuela nos empeñamos en dominar y controlar. Señores, no pueden ponerle puertas al campo, las cosas a menudo no son como quisiéramos y ahí es donde radica su belleza. No todo es arquitectura, no todo lo podemos proyectar.

    Los niños y los perros se escaparon. No traten de seguirles. Ustedes no pueden entrar.

Ahumm. 2005.

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REDECORA TUS PROYECTOS

    ¡Hola amigos! Seguro que muchos de vosotros pensáis que en la carrera hay dos tipos de alumnos, los que triunfan en proyectos y los que leen y escriben El Croque. Pues sí, habéis acertado, es jodido pero tenéis que asumirlo, así es la vida. No obstante, eso el de proyectos no tiene por qué saberlo. Si habéis tenido la mala suerte de no ser descendientes directos de Le Corbusier o de Juan Navarro no os preocupéis, aún estáis a tiempo de convertiros en un verdadero arquitecto, de esos que sienten el espacio, de los que dicen haber recibido la visita de la Santísima Inspiración para su proyecto mientras tomaban unos tercios y por ello la plasmaron en aquella servilleta (con el debido agradecimiento a la Inspiración bajo el subtítulo de “gracias por su visita”).

    Empecemos por sentar las bases: aunque nadie lo reconozca, todos sabemos que no existe el famoso “primer croquis” o “croquis de la servilleta”. Todo buen arquitecto se hace el proyecto, más o menos a huevo, y luego se pinta un dibujo sintético que quede chulo a la par que elegante y dice que de ahí salió todo. Otra idea esencial es que ningún proyecto nace, sino que se hace. Y esto no significa lo que dice el de proyectos, aquello de que si te pegas sin dormir todo el cuatrimestre al final sacarás sobresaliente (algunos ya sabréis que es mentira), sino más bien que cualquier proyecto por mediocre que sea puede ser “redecorado” y parecer digno de matrícula. Para ello vamos a atender nuestro proyecto a dos niveles: el dibujo y la idea.

    El dibujo del proyecto es fundamental. Ya os habrán contado que un proyecto bien dibujado es el doble de bueno, aunque quizá no os explicaron lo que es “dibujar bien” tu proyecto. En la ilustre asignatura de Dibujo 3 nos daban prácticos consejos para ello, o eso creían, pues no recordaban que hay dos tipos de asignaturas en la carrera: “proyectos” y “las que no son proyectos”, y que para aprobar unas tenemos que fingir que no cursamos las otras o que no nos interesan en absoluto. Así pues, y cerrando los ojos a una de las pocas asignaturas que te enseña algo en la carrera, en proyectos un edificio está bien dibujado si: se parece a algún dibujo de alguno de los arquitectos “preferidos” del profe; si en vez de árboles normales dibujaste los de De La Sota; si no metiste personas para dar escala sino sobrinitos del modulor de Le Corbusier; si aunque no se sostenga tiene dibujados los pilares de Mies o si rotulaste los planos con la letra de Wright. Esto es aplicable al proyecto, es decir, no hace falta que tengas una idea global, porque de todos modos al de proyectos no le gustaría. Es más divertido redecorar tu proyecto, convertirlo en un catálogo de detalles de arquitectura famosa, esto es: cámbiense las ventanas por los huecos de Tadao, las troneras de Le Corbusier en Ronchamp o los lucernarios de Siza; no se ponga un plano horizontal sin antes mencionar a Mies, y si se quiere inclinar, procúrese que se parezca a las rampas de las Villas de cierto arquitecto suizo recurrente; nunca tuerza un tabique si no se lo ha copiado a Koolhaas ni proyecte nada en la costa si no se parece a la Casa Malaparte. Y así con todo.

    La parte divertida es la de justificar el proyecto. La “idea”. Además de las ya citadas alegorías a nuestros queridos maestros, hay que echarle morro al asunto y convencernos de que unas bellas palabras pueden reforzar nuestra estructura, mejorar el método constructivo o aislar a nuestros edificios de las inclemencias de los tiempos que corren. Veréis. ¿Qué forma tiene nuestro proyecto? Puede ser simple, en cuyo caso habremos atendido a las geometrías puras, que son la base de la belleza canónica; aunque quizá sea complejo, con trazos rectos (estamos ante un proyecto radical atrevido) o curvos (pues se basa en modelos orgánicos, y qué hay más perfecto sino la propia Naturaleza). Como veis, es fácil. Si es horizontal dialoga con la topografía, y si es vertical, con el skyline. Si el edificio es una pieza diremos que tiene unidad, y si son varias entonces es que juegan entre ellas generando espacios sorprendentes. Si está modulado, es el módulo el que da orden al proyecto, y si no, el proyecto encuentra su armonía en las formas, su propio orden dentro del caos. Si nos sale un proyecto de un material blanco, entonces es puro; si es de madera es orgánico; el de metal es tectónico mientras que el de piedra es estereotómico; si es de vidrio es permeable, y si encima se parece a la Farnsworth, además le da gustirrinín al profe. Y la guinda de nuestro pastel es, cómo no, usar un vocabulario de “arquitecto”. Debe explicarse todo intentando hacer que el interlocutor se sienta un jodido ignorante; si se dicen palabras de esas que tuviste que buscar en el diccionario, o incluso de aquellas que escuchaste en clase y no encontraste en éste, mejor. Toda palabra de más de doce letras también es válida si pones cara de saber de lo que estás hablando. Lo importante es saber que tú eres más que los que te escuchan.

    Quizá este consejo te llegue a tiempo si tienes entre manos algún proyecto. Puedes perder tu tiempo frente al ordenador y vender tu alma al catedrático, o puedes hacer lo propio de forma más amena, esto es, combinando tercios con partidas de mus en la cafetería, con la conciencia tranquila, pues sabrás que al fin y al cabo eres arquitecto, redecoraste tu vida y ahora también tu trabajo. Así que, amigos míos, ya sabéis: ¡¡¡aprobar proyectos no es imposible !!!

Redecora tu vida y date a la bebida

El Sopas. 2005

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SOY FRUTO DE MENTES DESQUICIADAS

Soy fruto de mentes desquiciadas,
a menudo mal pensantes
muy raramente reflexivas,
y la verdad es que no soy nada, nada…

Soy un cúmulo de cosas
que se gritan y se odian.
Soy un horror frío que te sube por la garganta
y te dice: No eres nada, nada…

Soy la mezcla de ladrillos, de ideas, de esfuerzos
que por no tocarse luchan
y en fieras batallas tratan de arrasarse
y arrasar el tiempo de la ilusión
y le hacen ser nada, nada…

Soy la tristeza del que sueña
y descubre con angustia que el final
no es sino espejismo de masas, que se diluye
y se hace poco a poco nada, nada…

Soy la nueva arquitectura, la que viene,
la que está en las mentes de absurdos títeres
que hablan de proyectos y mentiras,
porque en realidad no dicen nada, nada…

Ahumm. 2005.

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VERGÜENZA

    Vergüenza, siento vergüenza, una enorme vergüenza que hace que mi sangre hierva de odio y de rencor. Vergüenza de ver la grandísima caradura de muchos profesores de esta Escuela, vergüenza de ver cómo los estudiantes asumen injusticias tan fácilmente (mientras apruebe, me da igual el resto); vergüenza porque a nadie le sorprenderá lo que voy a contar aquí. Es lo normal ahora, dado que cada vez hay más profesores que optan por no trabajar, gracias a la impasibilidad colectiva. Qué más da, mientras apruebe... Pues no, y aunque me repita más que el ajo, seguiré insistiendo en el mismo tema, a ver si de este modo alguien se da por aludido, y toma alguna determinación útil para el resto del mundo.

    ¿Cómo carajo se puede ser no se qué de la academia de bellas artes, profesor en otra universidad (creo que extranjera), tener un estudio y construir cosillas por ahí; dar charlas magistrales y encima impartir clase aquí?.
    No se puede, está claro que no se puede.
    ¿Quién se hace responsable de que los profesores no vengan a clase? ¿Nadie es responsable?. ¿No debería el Director o algún superior decirle: “Oye Mr X, que no se te ve el pelo, que te voy a echar de aquí”?. No, no, el cometido del Director es dar mítines a favor de la paz cuando la situación lo requiera, y el resto del tiempo ha de bailarle el agua a sus coleguillas, o lo que sean.

    Esta gente es capaz de apreciar la belleza, tienen experiencia, reputación; se supone que se trata de gente decente, gente grande, gente elevada, gente que lee el ABC y podrá decir: me cago en los de Gescartera, jodidos mangantes; me cago en el ladrón de Roldán, que se hinchó a costa de mis impuestos; me cago, me cago...
    Están llenos de razón, vaya gentuza hay por el mundo...
    ¿No se han parado a pensar en su situación? ¿Están acaso tan lejos de esa gente?
    No solamente es delito lo que condena el ABC, hay cosas como la vergüenza, o la dignidad, que guían al ser humano por el buen camino: el camino de la Verdad.
    ¿Qué respeto merecen estos hombres como profesores? ¿Qué sabrán ellos si mi proyecto está bien o está mal, si ni siquiera saben qué está mal cuando actúan en sus vidas?
    Y es que igual que su mami debió decirles: pegar a los demás es malo, sacarse los mocos en público es de cochinos, no te escarbes con el lápiz en la oreja, no eructes en la mesa, se dice "no gracias",... debería haber alguien ahora (si no es su madre, otro) que les recordase sus obligaciones como profesores.

    Hay montones de profesores, (sobre todo de proyectos) que no puedo enumerar aquí porque no habría sitio ni en un Croque entero, que emplean diferentes estrategias para un mismo fin: el escaqueo.
    Unos se presentan, saludan, hacen dos chistes y luego vienen a clase una vez de cada cinco para saludar. Los becarios realizan su trabajo, y ellos ponen la nota; por eso luego suceden cosas como: ¡muy bien, Manolo, esto está muy bien!, dice mi colega el becario. Y luego llega la nota: SUSPENSO, y ni siquiera hay alguien en el departamento o en su despacho con quien hablar.
    Otros aparecen casi diariamente, pero dos horas tarde, por eso de decir que llevan un seguimiento del grupo; aunque más que llevar un seguimiento, siguen un rastro: el de sus alumnos que, cansados de esperar, se han marchado hace tiempo.
    También tenemos a pequeñas rémoras que cuando su compañero de trabajo lleva un rato currando y hablando a sus alumnos, llega, horas tarde, y se permite el lujo de ponerse a juzgar como un loco sin conocimiento de causa, y lo que es peor: se pone a contradecir al otro pobre profesor, que está haciendo su trabajo como es debido. Enorme tocahuevos.
    Hay casos en los que los profesores acuden puntualmente a clase, pero se dedican al elevado menester de corregir fines de carrera. (Ya sé que es más cool ayudar a ese chico con su granero alpino que a un pobre pringao como yo, con mi caja de luz con ventanas; pero se supone que ahora me tocaba a mí, o al menos eso pone en el horario ¿no?.)
    Otros rozan el límite que hace tiempo sobrepasó Navarro, y te dan un par de charlas en el curso y listo, que ya me has visto, Evaristo. Grandeza con aspersor y a ver a quién le llega.

    Vergüenza, vergüenza, vergüenza, vergüenza, vergüenza, vergüenza, ¿os va entrando en el coco?. Yo no diré jamás que admiro a Calatrava, pero vosotros a cambio, tendréis que saber lo que es la dignidad, dignidad, dignidad, dignidad, dignidad, dignidad. Porque hay que cumplir, como Súper Espe. Bueno, así no. Hay que cumplir como uno que cumpla mucho y se acabó.

La Paja. 2005.

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EL ESPÍRITU CROQUE (está en todas partes)

    “Las Escuelas de Arquitectura (las llamadas Escuelas Técnicas Superiores) en España son abundantes, yo diría incluso que excesivas en número, y escasas en calidad. (…) Las Escuelas-gallina siguen poniendo más y más huevos. Sin saber por qué ni para qué.

    Además, el adjetivo obsoleto se queda corto para calificar el espíritu decimonónico que perdura en las desfasadas enseñanzas de nuestras Escuelas de Arquitectura. La concepción napoleónica que reina en ellas, sin ningún cambio a la vista, hace que nuestras Escuelas apesten a rancio. Esto, que es patente, parece dejar impasibles a los actuales alumnos que, sumisos como corderos, aguantan pacientes hasta la obtención del preciado e inútil título. Y a tales alumnos, tales profesores. O viceversa. (…)

    Arquitectura es hoy día una carrera (¿hacia dónde?) para la que lo único que hay que tener es paciencia. Y dinero. (…)”


    Esto es lo que opinaba el eminente profesor Alberto Campo Baeza en 1986. Esa escuela rancia a la que se refiere (cuyo máximo exponente suponemos que era la ETSAM) sigue apestando a rancio.

    El plan de estudios sigue apestando a rancio, y no funciona. Lo único que ha cambiado es que ahora él es el “tal profesor” que tan verde ponía. (O no) Esperemos que desde su cota de poder actual actúe para evitar la podredumbre total, porque si no sus palabras se volverán contra él en forma de afilados dardos que nosotros nos encargaremos de hacerle llegar.

    Y de los alumnos... ¿qué decir de los alumnos? Campo sabía bien que la situación no iba a cambiar; por eso aprovechó y, como bien dice en su documental de La 2, “llegó a catedrático sin grandes obstáculos ni zancadillas”. Qué bien, esperemos que sirva esto para algo. Los alumnos somos tan casposos, competitivos, egoístas, trepas y lameculos como siempre.

    Cada uno tiene (o tendrá) lo que se merece.

COAM & El Croque. 1986-2005.

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I CONCURSO DE RELATOS CORTOS DEL CROQUE:

EL DÍA QUE SECUESTRARON A JUAN NAVARRO BALDEWEG (Capítulo I)

    Como todos deberíais saber ya (por la página web y por los carteles que han aparecido misteriosamente), El Croque convoca su 1er concurso de relatos cortos. Pueden versar sobre cualquier pensamiento, idea o paranoia que se os ocurra, ¡lo importante es que tengáis alguna!. No nos vengáis con milongas de “es que no sé escribir”, “es que no tengo tiempo” o “es que no llego al teclado”, porque tenemos unos premios de impresión. Las bases están publicadas en la página web del Croque, www.elcroque.es.mn. Los relatos los tendréis que enviar al correo de siempre, elcroqueweb@hotmail.com antes del 30 de noviembre de 2005, y prometemos publicar a los 3 vencedores en el croque 15 y a los demás en la web.

    El primer relato nos ha llegado ya y resulta que no es tan corto, por lo que lo publicaremos en tres capítulos. ¿Seréis capaces de superarlo?

El Croque. 2005.

 

   Aquí tenéis un proyecto pionero, que comenzó un buen día en un bar de mala muerte cercano a Moncloa. Se trata de un texto absurdo, resultado de cuatro litros de cerveza, uno de JB y otro de Leche de Pantera. Aunque no lo parezca, el esfuerzo ha sido excesivo, sobre todo a la hora de dejar el bar. Espero que sea de vuestro agrado y esperéis con ansia las partes que le darán forma. 1abrazo.

   Esta historia comienza en un amanecer nublado de otoño, un amanecer que podría cambiar el mundo de la arquitectura debido a la sospechosa desaparición de uno de sus estandartes más representativos. Esa mañana la Puerta de Toledo estaba desierta, con la excepción de un par de borrachos, una prostituta terminando su jornada laboral y tres yonkis saltando a la comba. Entre esta fauna mañanera una sombra se dibuja en el horizonte, la estampa de un hombre mayor. Encogido por el frío aparece frente al eminente edificio de la biblioteca.

   Como cada lunes, el gran arquitecto Don Juan Navarro, se disponía a vigilar el estado de las humedades reinantes en su exquisita biblioteca de Puerta de Toledo. No le dio la menor importancia al grupúsculo social que habitaba esa mañana la plazoleta de la biblioteca, y entró sin ningún miramiento, y al rato salió satisfecho; el estucado aplicado sobre las humedades no delataba su falta de previsión en materia de aislantes. Pero Don Juan no se percató de la presencia de un oscuro personaje que le observaba desde un Wolkswagen Polo Negro con cristales ahumados. Antes de subir a su imponente Mercedes, aparcado en doble fila (todo hay que decirlo) un par de maromos de negro salieron en su busca del susodicho Wolkswagen Polo negro con cristales ahumados. Cuando menos se lo esperó ya estaba dentro del coche oscuro encajonado entre los dos maromos de negro. Tampoco le dio la menor importancia: sus clientes aparecían como setas cuando de buscarle se trataba.

   Hacía fresco esa mañana. Un estudiante de la ETSAM amanece resacoso, tumbado en un banco de Puerta de Toledo. Una prostituta le despertó pensando que podría ser una buena forma de finiquitar el día. Al llamamiento de las hormonas acudió Doña Resaca, que decidió reducir la hinchazón de la entrepierna haciendo vomitar al estudiante sobre el empedrado de la plaza (exquisitamente diseñada, que encaja a las mil maravillas con el entorno circundante). La prostituta, alarmada, desapareció; pero la vista nublada del estudiante se fijó en cómo dos hombres de negro introducían en un Wolkswagen Polo del mismo color con cristales ahumados a un hombrecillo peculiar. Aquel hombrecillo le recordaba a alguien, pero no sabía a quien. Pese a haber repetido (e incluso tripitido) en la cátedra de Juan Navarro, este humilde estudiante nunca llegó a conocer el aspecto de ese gran Profesor. Por este motivo olvidó lo sucedido con el hombrecillo y los maromos, y empezó a deleitarse con el trío de yonkis que se encontraban en ese momento jugando a las canicas.

   Esa mañana, como cualquier otra, el arquitecto Juan Navarro no se presentó en su estudio. Los empleados no se percataron del asunto, ya que el muñeco hinchable que gobernaba el despacho del Jefe estaba más activo que nunca.
   Todos en el estudio recordaban la última vez que Don Juan se presentó. Aquel día tenía la idea feliz para el concurso de la ampliación del Museo Reina Sofía. Ante la atenta mirada de todo el personal (incluido el de limpieza, mantenimiento, utilleros y lameculos) hizo una bola de papel con un folio de su mesa y la colocó en la maqueta de situación. La cara de estupor se dibujó en todos los allí presentes, y la sonrisa en los más ignorantes. Tras esa agotadora lección de arquitectura se marchó a su casa y no volvió. Desde ése día los empleados decidieron hacer un muñeco hinchable a imagen y semejanza del jefe, ya que el despacho quedaba muy desangelado.
   “Por si alguien tiene curiosidad, la idea de Don Juan fue alabada por el jurado, pero no le dieron el premio porque pretendía unir la ampliación con el museo existente mediante una mierda de pasarelilla de tramex, ahí es poco. Cuentan las leyendas que desapareció abatido por ese error de cálculo arquitectónico”.

   Mientras tanto, en el Wolkswagen Polo Negro con cristales ahumados Don Juan Navarro masca pipas de girasol ricas en fibra y uno de los maromos de negro limpia la roña de sus uñas con una navaja de Albacete. El Gran Profesor se sentía seguro, no era la primera vez que esto le sucedía (Pero esa es otra historia y será contada en otra ocasión). Uno de los gorilas decidió intercambiar unas palabras, cortando con su voz el silencio reinante.-Don Juan– dijo con voz de ultratumba- ¿Sabe usted que esto era inevitable?- A lo que el Eminente Maestro calló contestando con una de sus adorables sonrisas circunspectas.

   La cafetería de la ETSAM estaba a rebosar, no tanto como la biblioteca en la que se encontraban dos jetas robando folios de la fotocopiadora, pijines enganchados al Messenger y un piltrafilla resacoso tirado en una tumbona. El humilde estudiante no se encontraba bien, la noche le había dejado fatal y el jarabe de cerveza no menguaba la cogorza. Para colmo, decidió meterse en ese antro solitario pues no deseaba pasarse por la clase de proyectos. Decidió ojear uno de los libros que sobre la mesa se encontraban. Menuda sorpresa. En el reverso de las sobadas pastas del libro encontró una foto que le sacó del sopor mañanero: era el hombre secuestrado esa misma mañana. El pie de foto decía, enigmático, “J.N.B”. Algo muy serio podía ocurrir. Decidió darse un garbeo por el departamento de proyectos.

   La clase de ese día era especialmente estúpida, sólo tres empollones habían decidido presentar algo, dos de los cuales ya lloraban desconsolados en el pasillo tras la hecatombe a la que habían sido sometidas sus maquetas. Un móvil suena en la sala, obviamente era el móvil de última generación cool de la muerte del profesor; el cual se abalanzó sobre él. Al contestar la llamada se puso pálido como el culo de un vikingo y marchó corriendo, no sin antes avisar a sus colegas de cátedra; la reunión prometía. La puerta de la cátedra “Navarro” estaba entreabierta, los archivos abiertos, los tercios vacíos sin recoger; signo inminente de una de las juergas de los bedeles. Ocho enhiestos profesores se reunían en el despacho. -El Jefe ha desaparecido esta misma mañana- dijo el profesor que atendió la llamada. A lo que uno de ellos contestó -¿Pero eso no fue hace 2 años?-, -No coño, esto es en serio, el caso es preocupante-.-No veo por qué, el programa lo ponemos nosotros, los proyectos los corregimos nosotros, las maquetas las rompemos nosotros, el rabo nos lo maman a nosotros… Creo que podemos hacerlo hasta que regrese, no hay de qué preocuparse.

   Pero sí había de qué preocuparse. Una sombra ebria vigilaba a los contertulios detrás de los archivadores. En su bolsillo se encontraba un documento que comprometía al Departamento y al complot que tejían a la espalda del Ministerio de Educación. Una extraña lista de nombres escritos en diversas lenguas muertas: egipcio, arameo, griego, castudo…

   Y lo más singular del documento era el último nombre:

Juan Navarro Baldeweg.

Un Humilde Estudiante & El Sopas. 2005. 

@-© 2005 suspensoenproyectos editons. (Foto)copia y difunde.

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CADA OVEJA CON SU PAREJA

   

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