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Motivos de un Sentimiento
Bueno, pues la aberración de aquí mi tío, se puede ver desde
diferentes puntos de vista.
Como arquitecto, tendríamos que hablar de la aberración que
supone, de la paradoja del “ahorre agua”, pero “báñese en la playa de
Madrid”,joder, qué razón tenían “Los Refrescos”… pero para criticar el
proyecto desde este punto de vista arquitectónico puramente, habría
que ser un poco cínico, debido al encuadre político, social,
económico, blablabla, que supone este proyecto.
Habría que analizar el hecho en sí de enterrar la M-30 “para
crear una alfombra que una la zona del palacio real con la casa de
campo”. Sí, seguramente toda esa zona se quede como un parque,
desaprovechando el precio del metro cuadrado en esa zona. Es lógico,
puesto que el urbanismo en la antigua y noble villa se rige por
principios éticos y morales, y no van a hacer una obra de tamaña
envergadura para lucro de los que mueven los hilos. No, creo que esa
zona va a ser como la selva del Amazonas, pero en castizo. En lugar de
anacondas, va a haber chulapos, verbena, y organillo. Pero en un marco
tan verde como el sobaco de un extraterrestre. Solo manchado por el
azul (¿quién se inventó que el agua era azul?) de los charcos. Más
bonito…
Todo ello sin que Floripondio, o Gallardón I de España y V de cerveza
se lleven un duro, así se puede.
Podría dar mil datos, pero es que es un tema demasiado
trillado, y del que lo único que podría hacer sería caer en continuas
redundancias, y no quiero aburrir al personal.
Por ello, quiero argumentar algo que creo que hasta ahora, en “la
mejor escuela del mundo”, nadie ha dicho.
Y, algo más banal, pero no por eso inexistente. Hablaba
Nietzche de la muerte de Dios. No creo que eso sea así. Ni se crea ni
se destruye, sólo se transforma. Y se divide en muchas religiones,
tales como los católicos, los protestantes, los musulmanes, los que
adoran a su profesor de proyectos, alguno que adora a no sé qué
revista mensual con portada de colores y los Colchoneros. ¿Alguien ha
pensado en los miles de personas que sienten los colores del Atlético
de Madrid? La gente podría responder que hay que ser modernos, y pasar
del fútbol. Desde luego. Pero esta gente se queda sin estadio, sin
templo. Y si tan modernos somos todos, empecemos por ser tolerantes,
no talibanes del último grito.
Pero ellos se han creado su religión, y otro han querido ser
Dios. A Dios lo hacen los hombres, lo glorifican. En forma de
sentimiento, de lugar, de persona. Y la gente puede adorarlo. Pero
nadie puede autoproclamarse Dios. Aunque Floripondio y Albertito
tengan más infalibilidad que Ratzinger Z. A Dios lo hacen los hombres.
Por ese motivo, creo que el hecho de que cada fin de semana vayan
40.000 personas a dejarse la voz y el alma por un equipo de fútbol,
sería lo suficientemente importante para que los colegas se echaran
atrás. Pero no. La Providencia es más fuerte que el sentimiento de
miles de personas, y “caga más un buey que mil golondrinos”. Ellos son
más fuertes, y como en el otras épocas (¿todas?), el pueblo tiene que
agacharse para hacer sus respectivos “escoriales”.
No se dan cuenta de que el Atlético de Madrid, con su manera
de subir y bajar de las nubes, ha conseguido encandilar a más almas
que sus proyectos urbanísticos, imperialistas, y futbolísticos. Pero
bueno, eso no importa.
Puede que éste sea uno de los argumentos más pobres, pero ahí
lo dejo, porque creo que aunque sean más importantes los motivos
socioeconómicos, y de cualquier otra índole, me apetece aportar éste.
Mucho más importante que el capricho de un curilla con cara y
actitud de cabrón, que una noche en la que borracho de “Arquitectura
Viva” y algo más, soñó con alfombras…
El abate Busoni.
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