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El Croque  nº 4

(abril 2003)

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"¿En qué estado se hallarán
las costumbres de este pueblo
cuando es preciso ensanchar
el callejón del infierno?"

 

BIOGRAFÍA DE UN VAGO EMPEDERNIDO II

EL CROQUE TIENE GÜEB

DE PAU A PAU Y TIRO PORQUE M'HA TOCAU

LOS ILUMINADOS Y EL MAZACOTE

EL RINCÓN DE PAZO #4: CÓMO PROYECTAR UN MUSEO

 

 

BIOGRAFÍA DE UN VAGO EMPEDERNIDO

Capítulo II: América

    A ver, como lo dejamos el mes pasado. El bueno a la par que currante Mies se exilió de Alemania porque el tal Adolfo estaba persiguiendo a todos aquellos que tuvieran algo en la cabeza o en los bolsillos (Aunque Mies era vago, también era astuto y estaba forrao). Pero claro cuando cruza el charco descubre que en todo el continente no hay una puta sucursal del banco Santander, por lo que tendría que volver a escalar posiciones desde abajo. Por suerte todavía le quedaba ese 5% restante del presupuesto del Pabellón de Barcelona lo que le dio para hamburguesas y minis de kalimotxo durante dos meses más.

    En esto que llega hasta Chicago a dedo y se cuela en la Universidad. Conoció al rector al que le hizo unos favores que no voy a explicitar a cambio de que le dejaran hacerse una casita en las inmediaciones del Campus. Pero ya se sabe que una cosa lleva a la otra, la carne es débil y Mies acaba construyendo la mitad del Campus, además de la escuela de Arquitectura. Cabe destacar en esta obra el uso de un sistema de construcción por el que se le elogiaría en años venideros, colocar los perfiles según llegaban de fábrica y rellenar los huecos con cristal, pa que no se constipe el gato.

    Claro que, cuando terminó la obra llegó una patrulla de maderos que descubrieron que era un inmigrante ilegal, y estuvieron a puntito de deportarlo si no fuera porque se declaró refugiado político, y se pulió todo lo que ganó por el diseño del Campus en la fianza. Pero enseguida aprendió la lección y se nacionalizó como Glorioso Ciudadano de los Imperiales Estados Unidos de América (vamos, el eje del bien) ya que como alemán podía tener muchos problemas.

    Pero al final consiguió su propio estudio de nuevo, y conoció a una mujer muy especial, era como un cojón de fea, le olía el aliento, tenía bigote y entrecejo… pero estaba forradísima. Ella era Lady Farnsworth. Lady Farnsworth no estaba interesada principalmente en las dotes arquitectónicas de Mies sino más bien en su fornido cuerpo, el caso es que desde lo de la Universidad se hablaba mucho en Chicago de la preocupación del Arquitecto por el tamaño (en general). Lady Farnsworth le mandó una casa al lado del río y esa noche hubo polvo. Al día siguiente le enseñó el territorio y esa noche también hubo polvo. Al tercer día le comentó la vegetación y esa noche para variar un poquito hubo polvo. Al cuarto día, como Mies estaba acojonao, le colocó en su escritorio un dibujo de una pecera, le puso un sofá en medio, ocho pilares dos forjaos, la subió en un pedestal y salió echando hostias de la casa de la fogosa mujer (la simpleza de este proyecto estaba justificadísima; yo personalmente hubiera hecho lo mismo pero no habría aguantado más de un casquete).

    Corría 1950 y ya se sentía vejete (ya sólo le quedaba un añito para la jubilación: su momento de gloria). Pero aquí surge la figura del último tocapelotas que marcaría su existencia. Cuando se disponía a pedir la jubilación al ministerio de trabajo se encontró en la ventanilla a Phillip Johnson, un famoso arquitecto que le propuso currar junto a él haciendo rascacielos. Él se dijo -¡coño!, el sueño de mi vida- y contestó que no, que estaba muy cansado. Phillip, que se lo conocía le dijo: -"bueno, tú dictas y yo copio"- Y aquí llegó el culmen de la vagancia: todos los edificios tienen un sospechoso parecido... parece ser que acordaron hacer una plantilla para la fabricación de rascacielos en serie (ahora lo están usando en la Ciudad Deportiva del Madrid y en toda la Castellana). Pero este período no duró mucho ya que el vejete dijo que hacía el Seagram y la palmaba.

    Al final, una fría noche de 1969 le encontraron muerto en su vivienda, al parecer de una gonorrea profunda producida probablemente por un descenso considerable en su nivel de ingresos, lo que le obligó a buscar diversión en las clases más bajas de la sociedad. Aunque mi versión es que aún sigue vivo en algún recóndito paraje en las Bahamas y mata las horas jugando al mus junto a Le Corbusier. Se rumorea que no han conseguido derrotar todavía a la pareja formada por Kennedy y Elvis.

    Gracias a todos aquellos que apoyaron la primera parte de esta exhaustiva biografía y a ti mamá. Y al resto -joder, no os piquéis que es una puta broma-.

Un humilde estudiante. 2003.

@-© 2003 suspensoenproyectos editons. (Foto)copia y difunde.

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EL CROQUE TIENE GÜEB

    Gracias a nuestros contactos cibernéticos se ha elaborado una página web en internet exclusiva para el croque. En ella podéis encontrar los artículos de números anteriores así como una breve referencia a los pensamientos íntimos de Pazo. Es recomendable acceder desde el internet explorer (con el netscape tira peor). La dirección es:

www.iespana.es/elcroqueweb

    También se ha creado una dirección de correo a la que podéis mandar todo lo que os venga en gana (menos viruses...). Es la siguiente:

elcroqueweb@hotmail.com

    Si mandáis un artículo larguito conviene que os identifiquéis de algún modo para que entremos en contacto con vosotros.
    La cúpula secreta de editores corruptos “suspensoenproyectos” se congratula por esta feliz noticia, y espera vuestra activa colaboración.

El Croque. 2003

@-© 2003 suspensoenproyectos editons. (Foto)copia y difunde.

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DE PAU A PAU Y TIRO PORQUE M'HA TOCAU

    Desde estas páginas alguna vez hemos puesto a parir los antiguos planes de ensanche. Para variar, esta vez vamos a meternos con los nuevos, que tampoco son mancos.

    En Madrid los PAUs proliferan como las setas o como las cagadas de los perros. Y en los peores lugares que uno se pueda imaginar, además: detrás de un par de autovías, sobre zonas de campo, junto a infraestructuras saturadas y obsoletas... todo un primor de estrategia urbana. (y un increíble aliciente para las empresas tuneladoras, que se forran a base de agujerear sin compasión las arenas madrileñas, incluso llegando al extremo del agujereo de agujeros, como pasa ahora en María de Molina) Cuando uno abre los periódicos por la sección inmobiliaria, se encuentra con anuncios de oro refulgente puro de cuarenta y muchos quilates concentrado en las cuatro paredes de un piso piloto, que incluye su saloncito con sofás y alfombras de flecos, su cuarto de baño con bidé y su dormitorio con camas y mesilla y embozo y armario empotrado con sus perchitas y la madre que lo parió. Y con “vistas espectaculares de la Sierra” (hasta que construyan en el solar de enfrente o te planten las barreras acústicas de la R-2, la N-I, la N-II, la M-30, la M-40, la M-45, la A-3, u otras carreterucas parecidas), y con un transporte público guay... pero tráete el coche que el bus te deja en los descampados que lo fueron en 1970, 1980, 1990 y que ¡vaya por dios!, se han quedado sin construir y que el metro, bueno, sí, el metro llegará un añito de estos, como a La Elipa...

    De vez en cuando aparece una fotografía aérea del lugar... ¡oh! Si el Marqués de Salamanca lo viera... porque es clavadito a lo que él propuso para su afamado barrio, solo que a una escala un poco mayor. Resumiendo, que las calles son una maldita retícula y que la única diferencia con el citado barrio es que las manzanas miden un par de centenares de metros más y que incluirán plazas interiores y parquecitos... bueno, aunque me suena que en esos ensanches decimonónicos también se preveían cosas de esas y que murieron víctimas de la especulación urbana. Afortunadamente, eso no va a pasar ahora, porque el PAU entero ya es pura y dura especulación (y encima cutre, porque semejante churro de plan es de los que hacen deprisita y sin comerse mucho el tarro) y, si no se construyera, daría exactamente igual, cosa que no pasaba en 1850. Lo que sí que pasa es que los que entonces no se podían comprar una casa ahora siguen sin poder hacerlo, y que para que la clase media-alta de Madrid pueda comprarse una segunda residencia para alejarse de los “putos moros” y alquilar su viejo piso a la “gente decente” que se lo pueda pagar, pues apaga y vámonos.

    Y luego te das un paseo por la zona, y ante la inmensa y absoluta desolación del territorio a medio edificar surgen pensamientos variados... entre ellos los que acabo de exponer, pero además se puede hablar de la forma en que se hacen las ciudades. Brevemente expresado, se puede decir que parece que estos planes se diseñan por manos muertas para gente muerta, desde una perspectiva estática y estética (ejem ejem ∫mvrdv(x) y sus “colourful chaboling apartments” o algo parecido). Afortunadamente, el tiempo, la lluvia y algún que otro tornado pondrán a las cosas y a las casas en su lugar (que muy bien puede ser el vertedero municipal).

El Maquinista de la Particular. 2003.

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LOS ILUMINADOS Y EL MAZACOTE

    El problema de la escala viene de antiguo: es el fruto de las ansias de monumentalidad y grandeza, y de la relación existente entre belleza y magnitud, que desde siempre han estado presentes en la historia de la humanidad.

    La arquitectura ha colaborado desde siempre para conseguir lo pretendidamente grandioso, inmutable, colosal, perfecto. La arquitectura es nuestro legado, seguirá ahí como una parte de nosotros aún después de muertos, y el arquitecto lo sabe.

    Cada día descubro un nuevo hito constructivo, un nuevo mundo de sugerencias inexploradas, nuevas construcciones que muestran una continua evolución... y esto es magnífico. El problema real comienza cuando no se sabe discernir entre que debo hacer y lo que me gustaría hacer. Y este “debo” no es una imposición, es parte de lo que se podría llamar “moral arquitectónica”, que es algo de lo que muchos arquitectos carecen.

    Sucede que a la hora de hacer un proyecto, muchos buscan “la idea”, esa inspiración cuasi divina que les permitirá demostrar su enorme capacidad creativa, y su facilidad para resolver problemas de un modo original. Sucede que “la idea” toma mayor importancia que cualquier otro problema a resolver, y puesto que la idea es algo subjetivo, empiezan a ocurrir cosas raras que se traducen, entre otras, en problemas de escala (normalmente pasando o pasándose de ella).

    Parece entonces que rechazo a la pobre “idea”. ¡No! Las buenas ideas producen buenos proyectos, y en consecuencia, buena arquitectura. Pero si no tienes ideas no te montes películas raras, que genios hay pocos y a los que no lo son, se les ve el plumero.

    Tu idea peregrina generará una enorme mierda, que ni siquiera podrás defender, por no tener fundamento alguno. Y, encima, normalmente será muy grande, y no podremos librarnos de su presencia jamás.

    Tu idea, pasada de escala mil veces, está presente en cada rincón de la ciudad. Montones de ideas de montones de iluminados que creyeron ver la luz. Edificios feos hasta límites inimaginables que se vomitan a sí mismos por fuera de su solar, y transmiten su fetidez a toda la arquitectura que les rodea.

    “Egoísmo arquitectónico”, lo bautizo, ya que está tan de moda inventarse nueva terminología inútil. Arquitecto egoísta, pedante, elitista, soberbio... no se puede pretender que por estudiar este pufo de carrera haya gente que se crea alguien para decirle al mundo qué está bien y qué está mal, qué es bonito y qué es feo, como si la única estética válida fuera la que aquí se nos inculca. Y mi abuela no estudió arquitectura, pero tiene un criterio igualmente válido, que sin embargo nadie respetará porque no sabe quién era Le Corbusier.

La Paja. 2003.

@-© 2003 suspensoenproyectos editons. (Foto)copia y difunde.

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